Resulta que ahora mi tormenta no quiere tus truenos.

Resulta que ahora mi tormenta no quiere tus truenos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Le conocí en un viaje al sahara, ambos nos habíamos apuntado a la misma excursión. Por la noche, estábamos viendo el cielo del sahara, es el cielo más bonito que puedes ver, estábamos los dos tumbados en la arena; dije que era el cielo más bonito que había, el me dio la razón y de repente me di cuenta de que me estaba mirando y me puse nerviosa, le miré y le agarré la mano, el también estaba nervioso, le miré y fue entonces cuando me dí cuenta de que eramos uno.
-¿Porque no mirás al cielo?
- Puedo ver el universo en tus ojos.
Y entonces le besé.


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