Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa, o llegan antes. Me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío. Una tarde de mucho frío leí una pregunta de amor, demasiada bonita para la letra de un niño.
Aquel mensaje lo tenía que compartir, no sabía que hacer con él.
Aquel mensaje lo tenía que compartir, no sabía que hacer con él.
- ¿Y a mí qué me vas a regalar para Navidad?
- Nieve, toda la que quieras...
- Nieve, toda la que quieras...
La casualidad que estabamos esperando.